domingo, 6 de mayo de 2012

Like a Carrie Bradshaw...

Si en estos momentos alguien me concediera un deseo, uno semirealista que se alejara un poco de los típicos ideales, pediría poder escribir para los demás, ver "Historias de una pera" entre las estanterías del FNAC o La casa del libro y a la gente ojeando sus páginas para decidir si lo comprará. Poder llegar con mis letras, q la gente, como me han dicho estos días con "Veni,vidi Victoria" pueda sentirse identificado con las historias q cuento, q puedan verse ellos mismos en mis escenas... Algún día,espero.
A veces me imagino al más puro estilo Carrie Bradshaw (sin toda esa pomposidad y parafernalia q pretenden vendernos en Sexo en Nueva York)y escribo en alguno de mis cuadernos una columna de actualidad aplastante,de la mía propia o de las de mi alrededor,  e imagino como serían las cosas si tuviera la oportunidad de llegar a los demás... Es difícil,no? Es difícil no acabar en la hoguera por mucho que parapetes a tus coprotagonistas bajo iniciales indiscretas... Me pregunto como lo hará la verdadera Carrie Bradshaw o la mismísima Lucía Etxebarría...
Sea como sea, no os preocupeis,algunos seguís saliendo bien parados.
Buenas noches de domingo, aún desde mi humilde blog, algún día desde las páginas q descansen en vuestras mesillas. (perdón de antemano,futuras iniciales indiscretas...como dice V. :es lo q tiene liarse con una futura escritora!)

lunes, 9 de abril de 2012

Sensaciones subjetivas...


Supongo que esto de los lugares es como las películas, no es tanto lo buena o lo mala que sea sino lo buena o lo mala que te parece que es según el momento o las circustancias en que la hayas visto. Por ejemplo, y sé que me llevaré grandes críticas por decir esto, no me gusta Amelie. Y puede que sea una gran película, es más: estoy segura de que lo es, pero me evoca sensaciones tan vomitivas que no he conseguido volver a verla para cambiar mi opinión al respecto. Ojo, y digo VOMITIVAS, no tristes ni dolorosas, que te quede claro.
Y con Torrevieja me pasa precisamente lo contrario. Es una ciudad horrible, lo sé, ningún atractivo turísitico y tanta aglomeración de gente que te parece estar permanentemente en la entrada o salida de un vagón de metro. Sólo que con el mar de fondo, que parece una ventaja.
Sin embargo, me sigue emocionando recorrer las calles del barrio como lo llevo haciendo cada verano y semana santa desde que cumplí los cuatro años. Aunque huela a alcantarilla y las cucarachas tengan el tamaño de camiones, con el mar de fondo y los recuerdos a flor de piel siempre parece otra cosa.
Como veis no he vuelto muy inspirada...el viaje de seis horas con un cd de música ñoña ha sido tan duro que he gastado toda mi inspiración en las últimas páginas de mi cuaderno azul... He intentado escribir sobre los sosos campos bicolores que se ven por el camino, de verdad que lo he intentado, pero ya sabemos todos qué es lo único que consigue inspirarme últimamente...
Cuanta contradicción,nunca fui buena engañando a mi corazón...

martes, 21 de febrero de 2012

Reflexines post-pueblo


Es curioso,no? Como el mismo sitio puede evocar según en que momentos recuerdos y sentimientos tan contradictorios. Como ha habido épocas de mi vida en las que no he podido sobrevivir ni un solo fin de semana sin respirar el aire que contiene sus calles, sin la montaña rusa de emociones y la resaca emocional de los domingos. Y como otras me he visto en la necesidad de huir y refugiarme en la densa capa de contaminación que cubre Madrid y,de paso,mis recuerdos.

Llevaba tiempo sin aparecer,pero dicen que tu hogar se encuentra donde está tu corazón, y el mío,esa masa informe que como reza Sabina está cerrado por derribo,no tardó en recordarme que si alguna vez echó raíces fue sin duda en aquellas calles con olor a leña quemada.

El repicar de las campanas,la sombra del recuerdo acechando en cada rincón,el viento gélido con olor a jara,las sonrisas de los de siempre,las últimas huellas de mi otra forma de vivir, una torre de vasos,un desfile de carnaval,los mismos comentarios sobre la banda de música,las mismas anécdotas que nos hicieron reír...

Todo cambia. Crecemos,maduramos,huímos de lo que nos recuerda lo débiles que llegamos a ser.

Pero es reconfortante comprobar que algunas cosas continúan en el lugar exacto en el que deberían estar.

Madrileña de nacimiento, alicantina de sentimiento,vallekana de padrón y,sobretodo y ante todo,tembleña de corazón.

jueves, 16 de febrero de 2012

Once upon a time...

Nunca se me dieron bien las frases cortas.
Eso por no hablar de los terribles resúmenes de mi época de estudiante... Supongo que es como aquel tema de la maleta del que ya escribí una vez: meter sólo lo indispensable... ¿Indispensable para quién? Porque os prometo que, en lo que a mí respecta, sin todos esos adjetivos y frases eternamente yuxtapuestas, no soy nadie.
Y es por eso por lo que he tardado todo el día en decidir un buen título para mi blog. Lo sencillo ha sido la elección de diseño y color, los fondos, las letras, esas cosas que requieren de gusto pero no de síntesis. Me parecía imposible concentrar en una sola frase todo lo que pretendo que signifique este nuevo proyecto.
Y soy literariamente cabezota, mucho, y si una frase me gusta acabaré por encajarla de algún modo, aunque para ello, como en este caso, tenga que "robársela" al título de una canción de Extremoduro. Aunque más que robo, prefiero llamarlo "homenaje", que siempre estará mejor visto y que, dicho sea de paso, se lo merecen.
Porque precisamente una "dulce introducción al caos" es lo que terminará por ser esta página, una especie de cajón desastre (con todo lo tópico que suena eso) donde irán a parar todas esas caóticas palabras que se revuelven en mi cabeza cada día y que nunca terminan de decidir hacia donde volar.
Y, como primera entrada, este once upon a time... principio de los grandes cuentos. Principio, por tanto, de todos los principios.
Sed bienvenidos a estos locos pensamientos, espero que disfruteis leyéndome tanto como yo lo hago escribiendo.
Besos desde la tierra, hoy con los pies bien apoyados...